¡Cientos de personas! ¡Miles! ¡Cientos de miles!

 

…Pero ahora había gente por todas partes, gente que se abría paso a empujones, gente que no paraba de gritar. ¡Cientos de personas! ¡Miles! ¡Cientos de miles!

¿Era posible que todos fueran personas? ¿Personas como él, con sus pensamientos, sus sentimientos, sus sueños?

Caras hoscas, ansiosas, ceñudas, emergían junto a él y al punto volvían a perderse en aquel mareante torbellino de colores. Logen tragó saliva y parpadeó. Tenía la garganta seca. La cabeza le daba vueltas. Aquel era el mismísimo infierno. Sabía que no se merecía otra cosa, pero, que él recordara, no se había muerto…

De La voz de las espadas: la primera ley
por Joe Abercrombie

Logen es un tipo del Norte, un guerrero conocido entre otros motes por ‘el sanguinario’. ‘Sólo en las batallas se había sentido tan comprimido, estrujado y aplastado por otras personas‘ como cuando entra por primera vez en la, en palabras de Bayaz al mago al que acompaña, civilización.

 

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