Ciudades superprotectoras

 

…Las ciudades actuales han sido diseñadas para protegernos de las inclemencias meteorológicas, incluso en nuestros momentos de esparcimiento. Nos resguardan del calor del verano y del frío o la lluvia del invierno. En ellas se erigen grandes centros de ocio donde miles de personas pasean a cubierto en una especie de microcosmos de temperatura y humedad perfectas. En esos lugares no es necesario pensar, sino tan solo dejarse seducir por las ofertas de todo tipo que salen a nuestro paso. Modernas construcciones, idóneas para llevar a nuestros hijos, favorecen la actual cultura de la impaciencia, de la máxima comodidad y satisfacción, del aquí y el ahora. No hay espacio para el aburrimiento, para la soledad, para la reflexión.

En abierta contradicción encontramos la naturaleza y, coronándola, la montaña. En ella experimentas el calor del estío que empapa tu camiseta de sudor, la sed que acartona tu boca, los pies hinchados y el cansancio. Basta con que alguna vez sientas todo esto en el monte, aunque sea de forma muy leve, para darte cuenta de tu ser, de tu esencia, de tus limitaciones y, lo que es más importante, de tu capacidad para resistir…

 

…Hazte esta pregunta: ¿cuándo fue la última vez que caminaste más de dos horas seguidas bajo la lluvia?…

de ‘Monterapia. Cuesta arriba se piensa mejor
por Juanjo Garbizu

MonterapiaMonterapia. Cuesta arriba se piensa mejor, es un libro que reflexiona sobre la vida actual que llevamos y nos invita a subir montañas para no perder la perspectiva de lo que somos, y a que pensemos en lo que deberíamos ser.

La primera impresión es que casi se trata de un libro de autoayuda. Pero en realidad se trata de la necesidad de su autor de compartir con quien quiera su propia experiencia. No te lo pierdas.

Funcionalismo Extremo versus Arte

 

…En ninguna parte de Rama se habían encontrado rastros de expresión artística; allí todo era funcional. Tal vez los ramanes consideraban que estaban ya en posesión de los supremos secretos del universo, y habían dejado de sentirse perseguidos por las ansias, anhelos y aspiraciones que atormentaban a la humanidad…

De ‘Cita con Rama’
por Arthur C. Clarke

La novela Cita con Rama, publicada en 1972, narra el encuentro del hombre con una antiquísima civilación alienígena a su paso por el Sistema Solar, en lo que parece una nave aparentemente abandonada, cilíndrica y gigantesca, que alberga en su interior las condiciones necesarias para soportar formas de vida inteligente, entre otras, la humana.

 

Superseñores en sus rascacielos

 

… El Secretario General de las Naciones Unidas, de pie e inmóvil junto a la larga ventana, miraba fijamente el apretado tránsito de la Calle Cuarenta y tres. A veces se preguntaba si convendría que un hombre trabajase a una altura tal por encima de sus semejantes. El aislamiento estaba muy bien, pero podía convertirse fácilmente en indiferencia. ¿O sólo estaba tratando de racionalizar su desagrado por los rascacielos, aún intacto después de vivir en Nueva York?…

De ‘El fin de la infancia
por  Arthur C. Clarke

La cita aparece muy al principio de El fin de la infancia. Novela publicada en 1953 que reflexiona entre otros temas sobre la cara amable de un futuro, con bastantes diferencias, tipo Gran Hermano, donde unos superseñores extraterrestres desde sus naves suspendidas sobre las principales ciudades, velan por nosotros.

En la vida real sufrimos de otros superseñores no tan amables, que no tienen naves pero nos ven pequeñitos como hormigas.

Un giga de 1986

… Siempre me han gustado los libros, y tengo casi un centenar en la nave. Tal vez por eso, siempre que oigo hablar a alguien de bytes divido mentalmente por un millón y pienso en un libro… un gigabyte equivale a mil libros, y así sucesivamente. Es la única manera de que pueda calibrar de qué va cuando la gente habla de bancos de datos y transferencia de información. Y ahora dime, ¿cómo es de grande vuestra biblioteca?…

de ‘Cánticos de la lejana Tierra
por Arthur C. Clarke

 Cánticos de la lejana Tierra se publicó por primera vez en 1986. En aquella época aún presumía de mi 8086 con un disco duro de nada más y nada menos que 20 megas, y ni me había planteado lo que era un giga. Si bien la correlación 1 gigabyte = 1000 libros no es acertada hoy en día, sigue plenamente vigente el hecho de contar en libros, fotos o películas para intentar asimilar a qué nos referimos al hablar de gigabytes o petabytes.